El año en que nací, Gil Scott-Heron grabó su poema La revolución no será televisada . Hace poco Ezequiel Zaidenwerg, poeta argentino residente en Nueva York escribió un cover de aquella famosa diatriba musicalizada y lo tituló La revolución no va a ser por internet . A modo de juego de espejos me propuse escribir mi propio cover en clave feminista. En ese camino la generosa lectura de Ezequiel Zaidenwerg fue fundamental. Gracias por el impulso!
La revolución no va a estar en ningún soporte
No vas a poder quedarte en tu casa, amiga.
No vas a poder encender, conectar ni wasapear audios.
No vas a poder plancharte el pelo y quedar divina,
ni tomarte un licuado mientras se carga la aplicación,
porque la revolución no será televisada ni por internet.
La revolución no va a estar en ningún soporte.
La revolución
no va a ser auspiciada por Revlon
en los cinco
segundos del anuncio que no podemos omitir en youtube.
La revolución
no te va mostrar el gif del Papa
moviendo la
cabeza al ritmo de Patti Smith.
La revolución no será televisada ni por internet.
La revolución no va a estar en ningún soporte.
La revolución no va a ser la película de la semana, y no la
van a protagonizar Adam Sandler
ni Griselda Siciliani ni Joaquín Furriel ni Julia Roberts.
La revolución no le va a dar seducción a tu sonrisa.
La revolución no te va a hacer olvidar tu celulitis.
La revolución no va a hacer que parezcas diez kilos más
flaca,
porque la revolución no va a estar en ningún soporte, amiga.
No habrá fotos tuyas junto a Madonna
bailando con chongos o agradeciendo premios
o intentando parecer divertida en la entrevista del prime
time.
TN no va a predecir el ganador de ningún partido ni a las
18:05 el escrutinio de 24 provincias.
La revolución no será televisada ni wasapeada.
La revolución no va a estar en ningún soporte.
No habrá imágenes de policías requisando pibes
en la repetición del flash informativo.
No habrá imágenes de mujeres
con gas pimienta en sus ojos y con flamantes traslados
policiales.
No habrá cámara lenta ni naturaleza muerta ni
chicas
bailando en minishorts, emancipadas de cualquier mirada,
maquilladas para
la ocasión perfecta.
Ni topmodels devenidas actrices en “Los Ricos no piden
permiso”
y series como “Ciega a citas” ya no van a estar en boca de
todos,
y a nadie le va a importar si finalmente Susana se acuesta
con Facundo porque las mujeres
estaremos en las calles buscando un día mejor.
La revolución no será televisada ni wasapeada ni por
internet.
La revolución no va a estar en ningún soporte.
No habrá un resumen de los mejores momentos en el noticiero
de la medianoche,
ni imágenes de gordos bajando atriles del palco de la CGT
ni de Juliana sonándose los mocos,
ni de miles en tetas cantando contra la yuta.
No habrá
banda de sonido compuesta por Lerner ni por Calle 13
ni va a salir
a cantar Lady Gaga, ni Miss Bolivia,
ni León Gieco
ni Roxana Carabajal.
La revolución no será televisada ni por internet.
La revolución no va a estar en ningún soporte.
La revolución no va a volver después de una pausa
sobre una gran tormenta o sobre las noticias de un tetazo o
de una inundación.
No vas a tener
que preocuparte ya por gérmenes ni por bacterias en tu casa,
ni por un
tigre en tu tanque, ni por tus pisos relucientes.
La revolución
no te va a refrescar mejor con Coca-Cola.
La revolución no va a pasar el desafío de la blancura
ni va a proteger tus axilas recién depiladas.
La revolución te va a poner al frente.
La revolución no va a ser televisada ni tuiteada ni
wasapeada.
No va a estar en ningún soporte, no va a estar en ningún
soporte.
La revolución no va a ser un reality, ni un stand up, ni una
charla de TDX, amiga.
La revolución será en vivo.